“El presente ensayo representa una autocrítica al movimiento que estamos construyendo y pretendemos continuar. La presente autocrítica pues pretende servir como objeto de estudio a los compañeros que militan en la organización anarquista en formación con el objetivo de contribuir a la evolución dialéctica de nuestro pensamiento y actuar. No pretende ser una verdad inalterable, sino un punto de partida para la discusión.“
Distintos son los medios por los cuales el estado-capitalista-neoliberal busca mantener pasivos a sus ciudadanos en calidad de rebaño, inconciente, dependiente. Ya sea mediante la religión que impone los dogmas por encima de la razón, los medios de comunicación transmitiendo constantemente mensajes subliminales de consumismo y resignación o bien, mediante la misma política predicando la democracia burguesa de partidos.
Estos son los medios de control ideológico más conocidos y criticados desde la esfera anarquista en la cual colaboro, pero personalmente reflexiono sobre otras formas de manipulación y veo que son muchas y que no hemos podido lograr escapar de su influencia aun y que además de esto a veces no lo reconocemos ya sea por comodidad o inconciencia plena.
Me refiero a que además de la televisión, de la iglesia y los partidos también están presentes entre los militantes de la organización otros objetos de sumisión y enajenamiento los cuales no están siendo vistos como tal, sino por el contrario, están siendo defendidos y aceptados.
Me refiero camaradas a la constante presencia de alcohol en la vida de algunos compañeros, cuyo efecto es bien conocido por todos, siendo inclusive más perjudicial su presencia para la lucha que cualquiera de los anteriores mencionados, puesto que es mas fácil escapar de la influencia televisiva con tan solo apagar el monitor y sentarse a reflexionar un poco sobre lo visto. Es mas fácil escapar de un dogma religioso si se pone en contraste con la ciencia y después se juzga razonadamente, es fácil evadir la manipulación masiva de los discursos políticos si se escuchan con cuidado, no la forma sino el contenido y se analiza críticamente con ayuda de la historia y la razón… Pero es imposible escapar de los efectos nauseabundos que produce el alcohol consumido en cantidades embriagantes –como suele consumirse- es difícil y casi imposible revertir a voluntad propia el adormecimiento físico y mental que produce.
La capacidad de razonamiento y lógica se reducen al mínimo y por lo tanto caemos en un estado inconciente.
¡Despierta joven obrero! Escribimos en bardas y en carteles.
¡Abre los ojos! Gritamos y exigimos el despertar de la sociedad, pero en cuanto la oportunidad se presta corremos emocionados a ingerir nuestro opio de cada día, a cerrar los ojos y perder la noción de la realidad. Escapar de la realidad. No hay mucha diferencia entre caer al suelo por ebrio, que negar la realidad aceptando un cielo inexistente o apagando nuestros cerebros durante horas frente a una pantalla de televisión.
El anarquismo pugna por la autoconciencia del individuo y basa sus valores éticos como filosofía de vida en el actuar “por conciencia” no por instinto; ciertamente estos principios básicos del anarquismo se disuelven en la realidad cuando por un poco de diversión perdemos hasta la capacidad de mantenernos de pie por voluntad propia, cuando por efectos del alcohol nuestro comportamiento se vuelve hostil y agresivo para con nuestros propios compañeros y seres queridos, o cuando ponemos en riesgo la seguridad de nuestras actividades de organización y difusión siendo presa fácil de la represión policíaca mientras estamos en estado alcoholizado, cuando por una resaca preferimos perder el día entero en calidad de bulto en lugar de hacer cumplir nuestros compromisos.
Recuerdo un hecho reciente, en el que 2 compañeros (omito nombres) se encontraban ayudando a pintar una manta para X actividad. Ambos habían estado bebiendo desde muy temprano. La actividad seria el día próximo y era indispensable terminar aquella manta. El primer compañero empezó a comportarse hostil y violento contra quienes estábamos discutiendo el contenido de la manta, con lo cual dicha decisión se vio retardada hasta que el compañero decidió marcharse de allí entre rabietas de borracho con el peligro inminente de ser detenido en la calle por conducirse en estado de ebriedad. Cuando por fin comenzábamos a elaborar la manta el segundo compañero cayo desplomado al suelo golpeándose fuertemente la cabeza, quedando inconciente por 40 minutos presentando constantes convulsiones, con grave riesgo de secuelas físicas y hasta de muerte (NOTA: No fue un garrote de granadero, ni una granada de gas, ni una bala de fusil la que derribo y puso en peligro al compañero, fue el mismo, y la botella) .
Todo esto me hace recordar las palabras del comandante insurgente del E.Z.L.N., Maxo, uno de los representantes de la fracción totzil dentro del grupo armado, quien viniera el año pasado a nuestra ciudad capital. “Y allí andan luego los obreros y los jóvenes con la droga o el alcohol, matándose, si nos vamos a morir, mejor que sea luchando”.
Hay quienes afirman que los que estamos dentro de la lucha y que no tomamos es porque aspiramos a un puesto político. Que pobre y mal encausada visión y crítica. En primer lugar porque el hecho de estar luchando y beber son dos cosas que deben estar separadas por completo, nada tienen que ver, ni siquiera debería buscarse un supuesto nexo entre una y otra, porque cuando se bebe no se hace ningún tipo de lucha, ni se ganan derechos, ni se derrocan tiranos, ni se consiguen mas libertades, ni se evoluciona la idea, ni se autogestiona nada mas que la destrucción de nuestros riñones, eso si que se autogestiona. No sabía yo que para poder ser considerado un luchador comprometido había primero que ser socio consumista de las grandes industrias-capitalistas de cerveza del país y el mundo.
En lo personal, formar parte de una organización de izquierda y anticapitalista ya sea anarquista, comunista, zapatista, de la ideología que sea no significa ser miembro de un club social donde uno va para jugar cartas, ver el fútbol y beber un rato y charlar sandeces el otro.
Es algo totalmente diferente. Se trata de preservar el género humano frente a la bestialidad del capital y la ganancia. Se trata de sembrar la semilla para una nueva sociedad. Y esa semilla para la nueva sociedad no son las ideas solamente. Las ideas no son nada sin la práctica. Las semillas para la nueva sociedad libre que concebimos esta en nosotros, en nuestro ejemplo y constancia. Es fundamental que primero tratemos de operar un cambio en nosotros para después poder transmitirlo a los demás. El anarquismo no sobrevive en manifiestos y documentales. El anarquismo no sobrevive en la teoría sino en la practica, allí radica la fuerza verdadera de la concepción acrata. Como teoría económica-política y social resulta a simple vista solamente una bella utopía, pero cuando opera en el individuo y sus acciones se basan en esta filosofía de vida resulta interesante cuando sus actitudes comienzan a cambiar el entorno y las relaciones en las cuales el individuo se desenvuelve, y su ejemplo logra multiplicarse en otros individuos que trabajan por libre asociación; es posible ahí –en la practica- palpar el cambio económico, político y social, primero a pequeñas escalas, de abajo hacia arriba.
El anarquismo esta fundamentado en la responsabilidad individual que tenemos como objetos y dueños de nuestra propia historia.
La constante presencia de alcohol en nuestro organismo nos priva directamente ser dueños de nuestra propia historia, nos convierte solamente en objetos de nuestra historia pero movidos por la inercia de los actos cometidos durante el estado de embriaguez.
El anarquismo busca exaltar en el ser humano su parte más sensible y su parte más racional. Busca hacer del homosapiens sapiens un ser humano integro, mediante las responsabilidades históricas en la existencia de cada quien, lo cual es en la actualidad negado por el monopolio de las dediciones que conforma el estado, el capital, y la religión. Esta triada del poder a través de su influencia económica, social, política e ideológica reduce al ser humano a no mas que otra cosa que una simple hormiga, adaptable a las circunstancias impuestas desde arriba, siempre resignada a cumplir su papel involuntario dentro de la sociedad sin cuestionarse porque, siempre obediente, nunca propositiva ni innovadora, nunca rebelde, nunca conciente. El colmo es que una vez que esto se ha comprendido, criticado y nuestro pensamiento evolucionado hasta la postura más radical de todas la cual la constituye la ausencia total de toda forma de autoridad, seamos nosotros mismos quienes nos neguemos a aceptar esas responsabilidades que nos harán de nuevo dueños de nuestra propia vida. Y el alcohol, así como las drogas, son herramientas que nos proveen directamente el capital y el estado para activar nuestro propio suicidio, para negarnos por nuestra propia mano a aceptarlas.
Conozco de cerca ese tipo de suicidio. Que mata en el individuo su parte más humana y racional.
Mi padre por ejemplo, bajo los efectos del alcohol reprimía a golpes a mi madre y puso más de una vez en riesgo nuestra vida y la de mi hermano. Destruyo el patrimonio familiar, gasto el presupuesto para los alimentos en alcohol y al final decidió marcharse cuando se le presentaron sus dos últimas oportunidades: La familia o la botella. Prefirió la botella.
Casos como este, miles. ¿Como llega el individuo a tales extremos? Bajo la negación directa y buscando siempre justificar sus actos. Haciendo de los momentos alegres propiciados por la botella, un vicio. Los vicios roban directamente la libertad individual, encadenan. Por lo tanto deben desde la perspectiva acrata ser considerados como objeto de abolición. Puesto que lo que se busca es romper con todo tipo de cadenas que aten la mano libre del ser humano. Los vicios como el del alcohol propician momentos de violencia y donde hay violencia hay un oprimido y un opresor, como las miles de madres que soportan todos los días al marido borracho o los hijos que tienen que soportar la mano dura del familiar dictador. Visto de igual manera desde la perspectiva acrata debe buscarse la abolición total de los vicios pues generan violencia de género y promueven la supervivencia de la sociedad machista y la coerción.
La sociedad que concebimos y por la cual luchamos, debe de garantizar la libertad de todos y en todo aspecto. Y son precisamente este tipo de problemas que deben también ser objeto de estudio de los grupos anarquistas, no únicamente la cuestión económica y política, sino también la parte humana, individual, ética, moral. Pero una ética conciente, no impuesta. No implantada. Construida a partir de las metas que logramos obtener: Una sociedad libre, equitativa y justa.
“Hay que matar a la bestia que vive dentro del hombre” Dijo Ascaso.
Y tiene que morir por nuestra propia mano. No es posible que tenga el ser humano, que ser encerrado como animal, y tratado como tal en un centro de rehabilitación, bajo métodos arcaicos, de coerción fisica-psicológica para que este deje de ingerir algo que sabe de antemano que le perjudica a el y a sus cercanos en gran escala.
De antemano se que este articulo podrá molestarle a algunos y generar reacción de su parte. Pero no me retracto. Escribo como pienso y hablo como escribo.
Lo que no quiero es ser mal interpretado. No se trata de convertirse en puritanos. De negarse a los placeres de la vida. No existen ni existirán los santos anarquistas. Se trata, como lo he mencionado en otras ocasiones, de nuestra concepción individual de la lucha y de la vida, del nivel de compromiso que estemos dispuestos a asumir con la construcción de un mejor mañana, y esa decisión no la debe de tomar nadie mas que uno mismo, y los demás deben respetarla, puesto que cada quien hace con su vida lo que quiere.
Emma Goldman dijo: Si no puedo bailar en tu revolución, no soy parte de ella. Respetable su opinión. Pero yo no soy de los que rechazan los dogmas de la religión y construyen los suyos propios sobre la ideología.
Comprendo el sentido en que lo dice Ema goldman. La disciplina en la lucha no debe ser impuesta, no debe ser rígida y autoritaria, sino voluntaria, por coerción voluntaria, sin que nadie más nos lo tenga que decir, y esto dependerá de la seriedad que le demos a nuestro propio trabajo, por lo tanto cada quien es libre de darle la seriedad que quiera darle a esto. Si alguien prefiere bailar mientras los demás están dedicando su tiempo a la difusión y activación, será su propia decisión. No por ello deben tomarse medidas represarías contra el.
Lo cierto y científicamente demostrado (y aquí un poco de filosofía zapatista) Primero se siembra constante –se lucha- y no hay descanso hasta que todo este sembrado, se cuida la tierra y la siembra y la mata que va creciendo y al final, si se ha sembrado correctamente, si se ha regado correctamente la siembra y se ha cuidado la planta, al final se cosecha y se festeja la buena cosecha. Y ahora si todos comen de la cosecha y bailan. Si en lugar de cuidar la siembra se festeja primero y se descuida, la siembra se hecha a perder y nada se cosecha.
Así es que no puede ser al revés.
En resumen mis camaradas. No se trata de no tomar. Se trata de hacerlo de manera moderada. Conciente de lo que hacemos. De no perder la conciencia cuando tomamos, saber hasta donde tomar.
Se trata de que cuando bebamos esto no interfiera en nuestras actividades de organización.
Se trata de separar el alcohol y la construcción de un mejor mañana, porque ambas cosas son historias diferentes, el alcohol representa la sociedad arcaica, donde las miserias del mundo, de la realidad actual obligan al obrero, al ciudadano promedio a escapar de este lacerante mundo a través de la botella o de la religión –como lo planteara antes bakunin-. En la sociedad nueva los individuos no estarán necesitados de escapar a través de la botella ni de construirse ningún mundo imaginario puesto que su realidad será otra. Más anarquista. Mas libre.
“Llevamos un mundo nuevo en nuestro corazones.”Por Giovanny. Maniaco!!*